jueves, 25 de octubre de 2012

Los conceptos del sabio Einstein (citas y deducciones)

[Parte del contenido de mi tesis de grado, culminada en su parte inicial en Envigado (Antioquia), en abril de 1997].

 

Respecto a los conceptos, al acto de pensar y a su credo epistemológico  señaló Albert Einstein:

 

Albert Einstein, tal vez el hombre más inteligente de la historia.  

           “¿Qué es, en realidad, ‘pensar’? Cuando, como consecuencia de la recepción de impresiones sensoriales, surgen imágenes de la memoria, esto aún no es ‘pensar’. Cuando tales imágenes forman series, cada uno de cuyos miembros provoca la aparición de otro, tampoco esto es ‘pensar’. Mas cuando una de aquellas imágenes se repite una y otra vez en muchas de esas series, entonces dicha imagen se convierte, en virtud de su recurrencia, en un elemento ordenador al conectar entre sí series que en sí mismas no guardan relación alguna. Un elemento tal se convierte en herramienta, en concepto. Pienso que la transición de la libre asociación o ‘soñar’ al ‘pensar’ viene caracterizada por el papel más o menos dominante que en ello desempeñe el ‘concepto’. En realidad no es necesario que un concepto vaya ligado a un signo sensorialmente perceptible y reproducible (palabra); pero si de hecho lo está, entonces el pensamiento se torna comunicable."


     "¿Con qué derecho -preguntará el lector- opera este hombre tan despreocupada y primitivamente con ideas pertenecientes a una esfera tan problemática, sin hacer el mínimo esfuerzo por demostrar nada? He aquí mi defensa: todo nuestro pensar es de esta naturaleza, un juego libre con conceptos; la justificación de este juego radica en la medida en que, con ayuda de aquél, somos capaces de abarcar la experiencia de los sentidos. El concepto de ‘verdad’ no se puede aplicar todavía a una estructura tal; para mi pensamiento este concepto no puede entrar en consideración en tanto no se tenga a mano  previamente  un profundo acuerdo (convención) relativo a los elementos y reglas del juego."


     "Para mí no hay duda alguna de que el pensar se desarrolla en su mayor parte sin el uso de signos (palabras), y por encima de ello y en un grado considerable, de una forma inconsciente. ¿Pues cómo puede ocurrir, si no, que a veces ‘nos extrañemos’  espontáneamente ante un suceso determinado?  Este ‘extrañarse’ parece surgir allí donde un determinado suceso entra en conflicto con un mundo conceptual suficientemente fijado en nosotros. Cuando este conflicto es vivido dura e intensivamente repercute de un modo decisivo sobre nuestro mundo de pensamientos. El desarrollo de este mundo de pensamientos es en cierto modo una huida continua del ‘extrañarse’... "


Homero Simpson, pequeño cretino y caricatura del Hombre mediocre
                                           
 
 

Credo epistemológico de Albert Einstein


     "A un lado veo la totalidad de las experiencias sensoriales; a otro, la totalidad de los conceptos y enunciados que están establecidos en los libros. Las relaciones entre conceptos, entre enunciados y entre conceptos y enunciados son de naturaleza lógica, y la misión del pensamiento lógico está estrictamente limitada a conseguir la conexión entre conceptos y enunciados de acuerdo con reglas  firmemente establecidas que son de la competencia de la lógica. Los conceptos y enunciados cobran ‘significado’, o ‘contenido’, sólo a través de su conexión con las experiencias sensoriales. La conexión de éstas con aquéllas no es, en sí misma, de naturaleza lógica, sino puramente intuitiva. El grado de certeza con que se puede emprender esta conexión, o combinación intuitiva, y nada más que ello, diferencia la mera fantasía de la ‘verdad’ científica. El sistema de conceptos es una creación del hombre junto con las reglas de la sintaxis, que constituyen la estructura de los sistemas conceptuales son enteramente arbitrarios, están sometidos a la exigencia de permitir la coordinación más cierta (intuitiva) y completa posible con la totalidad de las experiencias sensoriales; en segundo lugar, dichos sistemas se proponen llegar a la mayor parquedad posible de elementos lógicamente independientes (conceptos fundamentales y axiomas), es decir, conceptos no definidos y enunciados no derivados (postulados)."

"Un enunciado es correcto si, dentro de un sistema lógico, está deducido de acuerdo con las reglas lógicas aceptadas. Un sistema tiene contenido de verdad según sea la certeza y completitud de su posibilidad de coordinación con respecto a la totalidad de la experiencia. Un enunciado correcto adquiere su ‘verdad’ del contenido de verdad del sistema a que pertenece (...) “ 

 

 Deducciones de Luis Fernando Arredondo Gómez




     Es inmensa la sabiduría que se encuentra en los citados párrafos de Einstein , pero para no extenderme innecesariamente deduciré sólo lo que considero más pertinente a este item:

1. En el proceso del pensar se encuentran como sus elementos mínimos, según Einstein, aquellas ‘imágenes de la memoria’ que surgen ‘de la recepción de impresiones sensoriales’. 

2. La unión de imágenes forma series de las que surgen nuevas imágenes.

3. Para él el concepto es una imagen recurrente que al conectar series de imágenes independientes, se convierte en elemento ordenador de la experiencia de los sentidos en la mente. Este elemento no debe ser comunicable.

4. Pensar es un juego libre con conceptos, el cual se desarrolla en su mayor parte de forma inconsciente. De aquél surge el mundo conceptual que se mantiene también en el ámbito inconsciente.

5. De la no adecuación de un suceso determinado al mundo conceptual surge el “extrañarse”, el cual provoca en parte el desarrollo de aquél. Entiendo que este desarrollo se obtiene en la medida en que el mundoconceptual se hace racional, como sucedió con los conceptos y enunciados que se encuentran en los libros.

6. Al examinar su posición frente a los conceptos deduzco que para él el enunciado constituye la traducción racional del contenido del concepto; la validez del enunciado es el encargado de hacer comunicable al concepto.

7. El sistema de conceptos es una creación del hombre cuya estructura está constituida por las reglas de la sintaxis. Este sistema contiene conceptos racionalizados -enunciados- que tienden a simplificarse en los axiomas o enunciados no derivados y en los conceptos fundamentales o conceptos no definidos. Un enunciado es si es lógico, un sistema lógico es verdadero si existe certeza de su coordinación con la experiencia.
 


 
   Así las cosas, entiendo que como se hace alusión en el numeral uno, Einstein concibe de esa forma a las ideas y concibe  al concepto como “una de aquéllas imágenes” que se destaca simplemente por su recurrencia.  Los conceptos respecto al proceso del pensar se encuentran conforme a su teoría en dos ámbitos: en el inconsciente participan de su origen y constituyen el mundo conceptual que determina en veces el extrañarse que se presenta en el ámbito consciente. En éste son su “producto final” y están en el denominado sistema de conceptos, y son expresados por los enunciados que se encuentran en los libros.

     Encuentro que para mí los “conceptos inconscientes” que darían lugar al extrañarse, según Einstein,  serían aquello a lo que he denominado ideal, aunque él no se atrevió a atribuir la calidad de verdaderos a tales "conceptos" como sí lo hice yo con los ideales. En mi opinión sólo hago alusión a un concepto cuando lo remito a un enunciado, cuando funciona realmente como instrumento para acceder a la realidad independientemente de que el enunciado sea o no comprobable. Este acceder a la realidad implica entre otros que el concepto siempre habrá de remitirse a un objeto real.

domingo, 14 de octubre de 2012

¿Carga de profundidad o locura desatada? (ensayo)

Autor: Luis Fernando Arredondo Gómez

 
 
     [El texto que sigue corresponde a parte del cuerpo de mi tesis de grado, cuyo texto inicial finalicé en abril de 1997, en Envigado (Antioquia). Sin embargo, incluso antes de esta publicación he tratado de aclarar algunas de sus partes más oscuras o mejorar su redacción.

     Recientemente leyendo el texto El Hombre mediocre de José Ingenieros, encontré que este sabio y erudito argentino se quejó también de muchas de las acepciones contenidas en los diccionarios y utilizadas en el ámbito científico, "confusión" que muchos excusan con el concepto de Polisemia (nota de septiembre 9 de 2016).]


Mediados de 1997

Capitulo 3. Sobre los Conceptos y demás

 

     Inicialmente considerado mi desplazamiento hacia este asunto como un natural discurrir del discurso, me encuentro con que en el momento de abordarlo la naturalidad se ha hecho forzada, pues hablar de los conceptos, tema de profundo y problemático análisis filosófico, es mucho más que “dejarse llevar”. Sin embargo, ya veremos que resulta.

     En mi manejo personal del término concepto lo he considerado sinónimo de significado, de definición, de juicio racional; lo he considerado el consecuente de un antecedente, una construcción lógica que habla de forma clara y precisa a la razón y que distingue de igual forma los objetos. Sin haber entrado a examinar las bondades y las flaquezas de este manejo me dirijo a un diccionario que dice: “Concepto. m. Idea que concibe o forma el entendimiento: el concepto del espacio. / Razón, motivo (...)/ Cada una de las partes de una cuenta (...).”



      En este significado me encuentro con varias cosas que me inquietan:

1. Que el concepto pueda ser una idea, pues considero que aquél excede en complejidad y concreción a ésta.

2. Que dentro de un mismo significado se encuentren palabras con connotaciones tan diversas como idea, opinión, razón y parte. Así, si hago una comparación en la que utilizo como referente la dificultad para que se originen, infiero que ésta es mayor en  la razón por cuanto debe poseer una estructura lógica basada en la “realidad”, es decir, surge de una relación más ardua con la experiencia; mientras en la opinión la estructura lógica está determinada por la subjetividad. A la idea la considero como la mínima unidad de representación mental.

     Si me baso en la ambigüedad de la manifestación, infiero que es menor en la razón que en la opinión y en ésta que en la idea por las razones ya anotadas.

     Si me baso en la rigurosidad con respecto a la verdad, infiero que esta es mayor en la razón por cuanto es el efecto necesario de una causa, pues prima su carácter objetivo; mientras en la opinión y en la idea prima el carácter subjetivo que hace que no sean el efecto necesario de una causa.

     Si me baso en el carácter comunicativo, infiero que la razón y la opinión existen como parte de un proceso comunicativo -interpersonal- .  La idea antes que comunicativa resulta del ejercicio del deseo informativo del sujeto, constituyéndose en un reflejo subjetivo del Mundo Real.

     Si me baso en la posibilidad de conocer su estructura, infiero que esta tarea es más fácil de llevar a cabo en la razón por su extremo carácter racional, menos fácil en la opinión por los elementos subjetivos que en ella intervienen, y mucho más complejo en la idea por lo oscuro del proceso neurológico del que surge. Sobra tal vez decir que este referente se basa en la diversidad de estructura que presentan cada uno de dichos fenómenos.

     Entre las muchas cosas que se podrían recriminar a este análisis se encuentra el hecho de que no me referí al significado "parte", pero es evidente que éste como indicativo de cantidad es difícilmente comparable con los otros tres que son manifestaciones generales de la actividad síquica. Sin embargo, encuentro estas relaciones:

1. Todos estos significados son producto de la interrelación entre mente y realidad.

2. Todos éstos expresan parcialidad: la parte nunca llegará a ser el todo así como tampoco la idea, la opinión y la razón llegan a expresar cabalmente la realidad.

 
 

3. Que la idea a la que se refiere la primera acepción sea calificada, puesto que es de aquéllas a las que “concibe o forma el entendimiento”, lo que podría dar a entender que las ideas se dividen en clases e incluso algunas no son concebidas o formadas por el entendimiento, lo cual me parece descabellado. Sin saber qué concepción pueda tener la filosofía sobre las ideas examino el diccionario citado:


     “Idea. F. Representación mental de una cosa real o imaginaria (...) / Modo de ver (...) / Intención (...) / Impresión, creencia (...) / Opinión (...) / Conocimiento (...) / Inspiración literario o artística (...) / Primera concepción (...) / Imagen, recuerdo (...)/ Fam. Manía, imaginación extravagante (...)”
   

     ¿Acaso aquellos fenómenos que son asimilados con las ideas pueden darme algunas indicaciones sobre éstas? Considero que sí. ¿Qué indicación general me dan? Con su división interna me permiten vislumbrar aquélla de la que son objeto las ideas:

     Si utilizo como referente el momento de su perfeccionamiento, encuentro que de las doce acepciones del anterior significado sólo cuatro se refieren a fenómenos que no ocurren indefectiblemente en un único instante -de sopetón-: la tercera (intención), la quinta (opinión), la sexta (conocimiento) y la décima (esquema, exposición superficial). Con lo anterior no niego que la exposición del sujeto ante el estímulo -la realidad- en los demás casos haya podido ser prolongada, simplemente que sus efectos se dan con plenitud desde que aquélla tuvo lugar. No es descartable de otro lado que una opinión y una exposición superficial puedan surgir repentinamente.
 
     Si me baso en la intervención del entendimiento infiero que sólo en dos de las acepciones se presenta con certeza este proceso: en la intención y en el conocimiento. Es probable que tenga lugar en la creencia, la opinión, la primera concepción, el esquema y la representación. Y es dudoso que sea necesaria en fenómenos aparentemente tan mecánicos como el modo de ver, la impresión, la inspiración, la imagen, el recuerdo, la aptitud, la manía y la imaginación extravagante. ¿Dónde queda entonces mi sorpresa inicial?  ¿Quedará acaso en los límites de la ignorancia? Es probable. Sin embargo, podría ser también pecaminoso descartar que en los últimos fenómenos señalados se presente un mínimo grado de entendimiento. Según esto, ¿qué idea podría no surgir del entendimiento? Ninguna...por lo tanto el problema continúa.
 
     Es interesante, de otro lado, analizar la relación que existente entre idea y conocimiento; conforme al diccionario, el significado de la primera incluye al segundo. ¿Qué implica esto? No lo sé, pero tengo la necesidad de indagar esta definición:


     Significado, da. Adj. Conocido, importante, reputado: hombre significado. / M. Sentido : el significado de un término” 


      La parte que me interesa es la de significado como sustantivo, es decir, sentido, la cual implica un nuevo embrollo. Siempre había escuchado expresiones similares a la siguiente: “los objetos X y Y se desplazan con iguales  dirección y sentido.” Por ende entendía que debía existir una diferencia entre ambos conceptos.

     Pensando muy a la ligera el asunto distinguí: si bien en ambos fenómenos una cosa cualquiera realiza un recorrido entre dos puntos: A, punto de partida, y B, punto de llegada, el quid del asunto en el sentido es el punto A, mientras en la dirección es el punto B.

     Si en la dirección lo determinante es el receptor y su propósito se cumple cuando se arriba a dicho punto, en el sentido lo determinante es el contenido del objeto y su propósito se cumple cuando la emisión surgió sin contratiempos.

      En  síntesis, cuando se señala que “los objetos X y Y llevan iguales dirección y sentido”, se esta indicando que hacen el mismo recorrido y llegaran a igual destino (dirección); además llevan un mismo contenido, significado o intención (sentido)En todo sentido hay desplazamiento porque se constituye con relación a otro. Así, en un afiche irónico el sentido está contenido en la idea (que a su vez lo está en aquél) que se dirige al público -que existe con relación a éste- y no en el afiche. El  sentido implícito es aquél que se pretende  ocultar de algunas personas, pero no de todas.




    Sólo tendría sentido entonces utilizar conjuntamente dichos términos en aquellos fenómenos en que tanto el objeto como el receptor o destinatario son de vital importancia, tal como en los comunicativos e informativos. En casos como estos existe una interrelación entre sentido y dirección, una interdependencia.


El término sentido se encuentra definido, en la parte que es pertinente a este estudio así:
 
“Sentido,da. (...) M. (...) Entendimiento, razón: un hombre sin sentido. / Conocimiento, discernimiento: tiene un sentido muy agudo. / Modo de entender algo: tiene un sentido peculiar del deber. /  Conocimiento: perdió el sentido al recibir el golpe./  Significado: el sentido de un giro de la lengua./  Interpretación: no has comprendido el sentido de la moraleja./  Finalidad, objeto: tu gestión no tiene sentido./  Capacidad o aptitud para algo: tener sentido del equilibrio, de la orientación; sentido del humor. / Dirección: van los dos en sentido opuesto. (...)”  


     De la primera acepción se entendería que un hombre con sentido poseería entendimiento o razón como capacidades generales. También se observa que en las demás acepciones se plantean una gran cantidad de generalidades. Siendo honesto, se tiene la sensación de que en ello se perdería la significación de sentido; incluso las acepciones vistas me remiten a la definición de idea.
 
     Es decepcinante percibir que en este remitirse de una palabra a otra no se termina más que en un callejón sin salidad. Nunca antes como en esta ocasión me había detenido ni aún someramente a examinar el significado que me ofrecen los diccionarios; mi visión del lenguaje no es sino esto: una visión; mi respeto hacia él se ha hecho añicos, pero También lo dudo.

     Si vuelvo atrás hasta el esbozo que hice sobre el contenido o los sinónimos del concepto encuentro que, en términos generales, aquél no fue rebatido por el precario análisis posterior; pero lo que sí ocurrió fue que me clarifiqué a mí mismo que por muy racional que pueda ser, un concepto no es nunca una “realidad acabada”. 

     Tal vez sea esa “aparente imperfección” del concepto la que lo hace perfecto, como así mismo “lo es” el mundo con su constante lucha entre opuestos: donde no existe contradicción no hay movimiento (mas donde éste existe no hay perfección).

     Si este corto análisis de los conceptos y demás me ha dispensado de seguir andando de rodillas sobre el sendero académico, ningún temor he de tener para decir lo siguiente: a pesar de que afirmé que entre las acepciones que conforman un significado existen relaciones de sinonimia, las cuales, como se sabe, no presentan igualdades sino semejanzas, no entiendo por qué son de común conocimiento y aceptación las grandes relaciones contradictorias que se presentan entre esas acepciones. 

     Así, encuentro profundamente descontextualizado que el concepto de idea sea considerado sinónimo del de conocimiento, a menos que consideremos posible la existencia del  “conocimiento parcial”. Yo antes que admitir la existencia de éste hablaría del conocimiento de la parte x del objeto Y, o de un principio de conocimiento del objeto Y, pero nunca de un “conocimiento parcial -superficial-“ del objeyo Y.
 
     Era un prejuicio de sobrestimación el que sentía por los “guardianes” de la Lengua  -los redactores de diccionarios-; tal vez el siguiente sea un nuevo prejuicio: dichos señores se encargan de compendiar los usos de la lengua que hacen las masas, por más absurdos que sean, Esta es la causa de mi decepción.


 

Precisiones

     La Legendaria Tesis tuvo por problema el precisar el concepto de Intimidad.  Contiene un sin número de criticas centradas en el Derecho y el "Mundo Jurídico", que parten de la descomposición de uno de los derechos mas caóticos jamas concebido: El Derecho a la Intimidad. Luego del extenso estudio que hice concluí que las preocupaciones por la Intimidad lindan con las relativas a la conservación de la naturaleza...
 
     Nota de septiembre 9 de 2016. En este blog incluiré otros textos distintos de los contenidos en mi tesis de grado de Derecho, con tal de que tengan pretensiones académicas o científicas. De hecho ya lo hice antes de asentar esta nota.

lunes, 1 de octubre de 2012

Camino a la intimidad (crónica)

Autor: Luis Fernando Arredondo Gómez

 
     [Escrita en Envigado (Antioquia) luego del fraude del que fuí objeto, inicialmente por la Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Latinoamericana, con sede en Medellín (Antioquia). Dicha revista me había pedido un artículo que tratara diversos aspectos relativos a la elaboración de mi tesis de grado. Sin embargo, ni publicaron el texto ni me devolvieron el borrador.

     El abogado Jorge Eliécer Calle (egresado de UNAULA y quien por esos días me empleó como dependiente judicial), conjeturó que mi texto había sido utilizado como insumo para la reforma del pénsum de la facultad, realizada tal vez a finales de 1997 durante la decanatura de Juan Guillermo Betancur (reforma que según Calle, sirvió de modelo para los pénsumes de otras facultades de Derecho que por ese tiempo surgieron en la ciudad). Éstas son sólo especulaciones.

     El texto que sigue hace parte del libro inédito titulado "Infierno" y no corresponde al contenido del extenso e interesante artículo que se "extravió" en UNAULA, según me lo manifestó el decano Betancur, el cual tal vez tiraron a la basura.

     Yo, sin embargo, sería un desagradecido de la peor calaña y cometería una gran injusticia si dejo de reconocer y agradecer a las directivas, funcionarios y empleados de la Universidad Autónoma Latinoamericana (UNAULA) -mi primera universidad-  su buen trato, respeto, ayuda en muchas actividades que emprendí dentro y fuera de sus claustros durante los años que estuve vinculado a ella como estudiante (años 1989 a 1997), así como su comprensión de mis condiciones personales, mis faltas y debilidades.

     No tengo otra cosa que agradecer y bendecir a UNAULA por haberme permitido ingresar en sus aulas; por ser siempre fiel a la filosofía libertaria y legalista que motivo su fundación, donde el libre ejercicio de los derechos es fomentado y garantizado , aún en mi caso que dediqué mi juventud a husmear "cosmovisiones" infames, inmorales y que estaban en vísperas de ser ilegalizadas, y de las cuales fuí en años posteriores promotor y vocero, aunque fuera entre un pequeño círculo de "adeptos". 

     Hoy, después de 44 años de camino (12 de septiembre de 2016),  sé que esas infamias no pudieron corromper esa médula interior donde arde la conciencia que todos mis padres-madres me insuflaron, pues hasta la fecha no he cometido delito gravísimo que merezca mi condena o mi castigo. Aunque a veces me sienta el más criminal de los hombres. Lo que sí lograron esas infamias fue impedir por muchos años que yo pudiera hacer un trabajo más provechoso para el mundo y para mí. ]  


Diciembre de 1997



     En la niñez se había inoculado en mí el “bicho” de la escritura, por lo cual desde tal época me ejercitaba en ésta con alta ambición, aunque ocasionalmente. El trasegar universitario me dio  la excusa perfecta para escribir un “gran libro”, y  supuse que éste seria la piedra angular de mi carrera. 

     Desde el tercer año de Derecho acaricie varios temas. Inicialmente me propuse escribir un código ambiental, pero rápidamente abandoné tal proyecto para dedicarme a estudiar la intimidad

     El tema de la intimidad tiene vínculos con tantas disciplinas, que fue un caldo de cultivo perfecto para mis tendencias especulativas. Durante tres o cuatro años me consagré con denodada diligencia a leer, transcribir y recopilar información jurídica, sicológica, sociológica, semiológica, histórica, filosófica, etimológica, lingüística y demás sobre el tema.


 
 
     Leí aproximadamente 90 textos entre libros y revistas, que transcribí en más de 1.250 páginas cuadriculadas de cuaderno, que equivalen aproximadamente a 47.500 líneas. El análisis, sistematización de la información y redacción final del primer texto, con maquina de escribir, me llevó más de un año, en jornadas de trabajo con un promedio de 18 horas diarias.

     Su contenido inicial, incluyendo índice y bibliografía, fue de 720 páginas aproximadamente, con interlineado doble en los comentarios y sencillo en las citas.  La enormidad de este producto se debió al adiestramiento nulo que recibí en investigaciones y redacción, así como a la falta de una adecuada asesoría.

     Con mi mamotreto bajo el brazo acudí al “asesor”, quién después de un mes de "lecturas" pidió la distinción del trabajo y su publicación. Los jurados de la tesis la aprobaron y secundaron la petición. Se reunió el Concejo académico de la Universidad y nombró una comisión que tomaría la decisión. 


 

     En dicha comisión estaban mis “amigos funcionarios", a quienes conocí trabajando gratis para la Universidad. Estos no tardaron en ridiculizar al texto (era más abstruso que cualquiera de los de Hegel) y  al autor; uno de ellos, el Vicerrector de la institución, encontró muchas imperfecciones en el texto, pero  por consideración conmigo le otorgaron la mención de honor después de 8 meses de meditación. 

     Buscando mejorar mi Legendaria Tesis, el mamotreto llegó a 880 páginas,  las que luego transcribí con microsoft word durante muchos meses. Entregué copias de mi trabajo en las editoriales Dike, Señal editora, Universidad de Antioquia y Bolivariana, buscando su publicación.

      Las editoriales reconocieron de forma diferente la importancia del texto, a pesar de sus evidentes errores. De la Universidad de Antioquia me llegó por correo la siguiente solicitud: "Reduzca el texto y vuélvalo a presentar". Pero mis fuerzas y mis competencias no daban para más... !Qué linda me quedó la lápida¡


      De ella quiero compartir con ustedes algunos apartes...